i por algo es conocido George Soros es por en 1992 haber logrado doblegar al Banco de Inglaterra, tumbar la libra esterlina y embolsarse cerca de mil millones de dólares directamente en su bolsillo y todo en tan sólo 24 horas, en una época en la que la palabra Hedge Fund casi ni era mencionada en la prensa.
Para muchos, el ataque de Soros a la libra esterlina es el perfecto ejemplo de la figura del malvado especulador al que se suelen referir los políticos. Sin embargo, creo que vale la pena repasar la historia del ataque de Soros a la libra esterlina, entre otras cosas porque igual nos permite darnos cuenta que el triunfo de los malvados especuladores no sería posibles sin los errores económicos de los políticos.
El ERM
Caminando hacia la integración europea y mucho antes de llegar a la moneda única en 1979 se creó en Europa el denominado ERM (Exchange Rate mechanism) por el que algunos países europeos acordaron establecer un tipo fijo en el tipo de cambio de sus divisas respecto al marco alemán con una banda de fluctuación del -/+ 6%. Con ello se abandonaba la fluctuación de tipo de cambio fijada por el mercado y se establecía así un tipo de cambio artificial anclado al marco alemán.
Sin embargo mantener un tipo de cambio fijo entre las divisas comporta que los Bancos Centrales de cada país tenían que intervenir en el mercado para mantener el tipo de cambio dentro del rango de fluctuación acordado.
Básicamente existen dos modos de manipular el precio de un tipo de cambio de divisas por un Banco Central.
El primero es vendiendo o comprando reservas en divisas. Si quieres que el franco francés se revalúe respecto al marco, el Banco de Francia ponía a la venta sus reservas de marcos y dólares y compraba francos. Si quería devaluar el franco francés se ponía a comprar en el mercado marcos alemanes, incidiendo así sobre la oferta y demanda de francos franceses y por lo tanto en su precio.
La otra opción que tienes es tocando los tipos de interés. Si quieres que tu moneda se devalúe, bajas los tipos de interés y haces menos atractivo que los inversores inviertan en tu moneda, si subes los tipos de interés al pagar más por el dinero atraerás inversores que compraran tu moneda y por lo tanto esta incrementará su precio. Sin embargo, tocar los tipos de interés tiene sus efectos secundarios no deseados. Subir tipos para apreciar tu moneda también implicará ralentizar el crecimiento económico en tu país al encarecer el precio del dinero.
El error del Reino Unido
En 1990, en el Reino Unido, la situación económica no era precisamente buena. Un elevado nivel de inflación, baja productividad, exportaciones no competitivas, muchos empezaban a ser los partidarios de poner en orden la política monentaria atándose a un organismo externo que obligara a poner disciplina monetaria y económica en el país.
Por entonces Primera Ministra del Reino Unido. Margaret Tatcher siempre se había opuesto a la entrada del Reino Unido en el sistema ERM. Sin embargo, en 1990, una debilitada Dama de Hierro no pudo oponerse a la corriente que corría entre los miembros de su propio partido conservador que liderados por John Major querían que el Reino Unido entrara en el sistema de tipo de cambio fijo europeo.
En octubre de 1990, el Reino Unido entraba finalmente en el sistema ERM a un tipo de cambio de 2,95 marcos alemanes por cada libra esterlina, lo que obligaba a Londres a mantener el tipo de cambio entre la banda de fluctuación acordada que iba de los 2,78 a los 3,13 marcos alemanes por libra esterlina.
La cosa pareció funcionar bien en el Reino Unido entre 1990 y 1992. La inflación bajo, los tipos de interés se redujeron y el desempleo quedó en unos niveles históricamente bajos. Sin embargo, en 1992 las cosas se empezaron a torcer para la economía Británica. Afectada por una recesión económica mundial el paro se disparó del 7,7% al 12,7%.
En condiciones normales el Reino Unido podría haber bajado los tipos de interés e impulsado el gasto público para reducir la inflación, pero dentro del sistema ERM esta política económica agresiva para combatir la crisis hubiera significado que la libra esterlina hubiera perdido su banda de fluctuación de precios respecto al marco. Así que mientras al pueblo británico le tocaba lidiar con una recesión el gobierno se encontraba con las manos atadas en materia de herramientas económicas.
Mientras tanto en Nueva York…
En 1992, George Soros tenía 62 años de edad y era responsable desde su creación en 1970 del Quantum Fund. Un Hedge Fund que invertía el dinero siguiendo tendencias macro económicas. Soros era ya por aquel entonces un hombre rico, pero ni era tan rico ni tan conocido como lo es hoy en día y más en una época en donde los Hedge Funds no eran especialmente conocidos por el gran público.
En 1992 ya era vox populi que el gobierno británico había cometido el error de entrar en el ERM con un tipo de cambio respecto al marco alemán demasiado alto. También es cierto que todo el mundo también estaba convencido de que mientras el Banco de Inglaterra siguiera comprando libras a 2,95 marcos alemanes el status quo del sistema ERM se mantendría.
Danke Schön !
Todo parecía estar mas o menos calmado y bajo control hasta que en verano de 1992 los alemanes decidieron clavarle un puñal por la espalda al Reino Unido.
El 25 de agosto, Reimut Jochimsen, miembro del consejo del Bundesbank, indicó en un discurso que podría darse una potencial reodenación del ERM.
El 10 de septiembre, un funcionario del Bundesbank indicó a la prensa que una devaluación de la libra esterlina era inevitable.
La puntilla llegó cuando en una entrevista concedida al WSJ por Helmut Schlesinger, por entonces presidente del Bundesbank, concedió que la posiblidad de que un par de divisas pertenecientes al ERM corría peligro de tener que abandonar el sistema si la bajada de tipo de interés en Alemania no daba el resultado esperado.
La gran apuesta
Al día siguiente cuando el George Soros abrió el WSJ y leyó lo insinuado por Helmut Schlesinger la suerte para libra estuvo echada. Desde el mes de agosto, el Quantum Fund había estado construyendo una posición de cerca de $1.500 millones para apostar a una caída del tipo de cambio de la libra esterlina. Con las palabras de Schlesinger el mercado había simplemente dejado de creer que el Reino Unido tenía la voluntad y la capacidad de mantener los tipo de cambio de su divisa.
Druckenmiller, un miembro del equipo de Soros en Quantum Fund, también había leído la noticia en el WSJ esa misma mañana y se fue a ver a Soros a su despacho. Le preguntó si incrementaban la apuesta contra la libra esterlina. La respuesta de George Soros no pudo ser más contundente y clara….
Los políticos dle Reino Unido metiéndose en un sistema de tipos de cambio fijo a un precio demasiado alto y la indiscreción de los miembros del Bundesbank le habían servido a Soros una oportunidad en bandeja de plata. Apostando contra una caída de la libra esterlina había mucho que ganar y poco que perder. Así que Soros decidió aprovechar la oportunidad e ir directo con todo a la yugular del Banco Central de Inglaterra. Las probabilidades de que la libra esterlina se revaluara con fuerza eran mínimas, y las probabilidades de una caída eran cada vez más altas.
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