Si bien muchas personas invierten grandes sumas de dinero en sus mascotas, lo sucedido en China rompió todo lo que uno se puede imaginar, ya que un inversor desconocido pagó 1 millón de euros (1,4 millones de dólares) por un perro lo que lo convierte en el más caro del mundo.
Se trata de un cachorro de mastín tibetano llamado Big splash de once meses de edad, que mide 90 centímetros y puede llegar a pesar 81 kilos.
Con esta cifra se rompió el récord anterior, que había logrado un perro de la misma raza llamado Yangtze River.
La cifra es bastante asombrosa incluso para su criador, Lu Liang, director del “Tibetan Mastiff Garden” en Laoshan, quien señaló que “cuando comencé este negocio hace diez años nunca pensé que alcanzaría ese precio”. Sin embargo, explicó que “el precio es justificado”, ya que se gastó mucho dinero en el animal y “tenemos salarios de mucho personal por pagar”.
Lu también describe al perro como un “modelo perfecto” con “genes excelentes”, lo que lo convierte en un ejemplar muy especial.
Según Liang, el nuevo propietario de Big Splash cree que su adquisición es una muy buena inversión, pues la persona que lo compró podría recuperar su inversión en unos años, vendiéndolo a otros criadores.
Big Splash disfruta de una dieta de pollo y carne de ternera, con exquisiteces ocasionales.
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